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El Reporte anual de Art Basel: a la espera de la edición 2025

  • coleccionismoconte
  • 23 feb
  • 10 Min. de lectura

Actualizado: 24 feb

En marzo de cada año Art Basel junto con UBS presenta su “Reporte anual sobre el mercado global del arte”. A la espera del reporte 2025, te dejamos los puntos más relevantes del Reporte 2024 que consideramos tienen interés para América Latina.



El reporte anual de Art Basel y UBS se basa en un estudio independiente que analiza el último año del mercado internacional a partir de diferentes segmentos: galerías, subastas, ferias, art dealers, coleccionistas. Así, el informe 2024 analiza el año 2023, mientras que el próximo informe a salir en marzo de este 2025 analizará el mercado internacional del pasado 2024.


El informe analiza tendencias y desarrollos del mercado internacional con una mirada global, pero enfocada en los grandes actores del mercado: Estados Unidos, Europa -especialmente Reino Unido y Francia- y ganando terreno año tras año: China. Además, las segmentaciones del mercado tienden a privilegiar las grandes Casas de subastas como Christie’s y Sotheby’s que monopolizan la escena de las grandes ventas y, por ende, la visibilidad y promoción de los artistas que por allí pasan marcando un núcleo duro de agentes del cual todo el mundo del arte habla y especula. Todos recordamos, y continuamos citando, la compra de Eduardo Constantini de una pieza de Frida Kahlo por 34,8 millones de dólares en la subasta de Sotheby’s de 2021 para su colección del MALBA.


Descontando estos casos puntuales, desde nuestra realidad latinoamericana suele ser difícil encontrar sentido y uso para este reporte anual. Nuestras escenas concretas se caracterizan por ser sistemas híbridos de escalas reducidas y donde lo mercantil tiene un impacto muy bajo en su organización privilegiando otros factores. Sin embargo, hay tendencias que trascienden las fronteras y, con el constante acercamiento de las escenas internacionales, se abren oportunidades para los artistas y las galerías de la región.



Las ventas globales durante 2023 fueron de 65.000 millones de dólares, lo que implica una contracción del 4% en relación al período anterior.


Estos datos de venta pueden ser abrumadores si no los colocamos en contexto para dimensionar su verdadero volúmen. Para hacer esto, podemos compararlo con otros mercados, por ejemplo, el del tomate. El mercado del tomate durante 2023 alcanzó los 197.000 millones de dólares, esto significa que en el mismo período se vendieron 3 veces más tomates que obras de arte. Si algún dato debiera mantener humilde al mundo del arte, es esta comparativa que no incluye otras frutas, verduras y hortalizas, sin mencionar otros mercados como el tecnológico o el farmacéutico. Ahora bien, de este volúmen ¿cuánto corresponde al mercado latinoamericano? Es muy difícil decirlo con exactitud.


La lista de ventas, como hace más de una década de informe, la encabeza Estados Unidos, China y Reino Unido que acaparan cerca del 80% del mercado. Para mantenernos aún más humildes, el porcentaje que representa América Latina es tan reducido en la escala global que debe agruparse junto a Italia, Europa del este, África en su totalidad, el mundo árabe, India, Australia, Canadá, Corea y otros países para alcanzar sólo el 8% de las ventas totales ¿Cuánto le corresponde a nuestra región? Aún con gigantes como Brasil o México se calcula que es menos de 0,5%.


En principio podemos afirmar que nuestros ecosistemas artísticos regionales no se sostienen a través de un “mercado fuerte”, sino a través de otras variables. El costo de las ferias de arte en nuestra región, por ejemplo, superan con mucho el volumen de venta de las galerías participantes. La esponsorización, la participación y apoyo de los gobiernos locales y los modelos híbridos de ferias, son moneda común. Los serios inconvenientes para desarrollar un mercado y poder organizar un ecosistema artístico sostenible en el tiempo, nos ha llevado a plantear estructuras y prácticas sui generis en diferentes áreas: algunas galerías priorizan un enfoque cultural, otras proponen modelos híbridos abriendo espacios de formación y residencia, los coleccionistas se vuelcan a una práctica afectiva y de escala reducida, los artistas dividen su tiempo entre producción, venta y otras tareas, los curadores asumen roles críticos, formativos y de gestión.


Por otro lado, la opacidad con la que aún se manejan tanto las galerías como las ferias a la hora de hablar sobre sus volúmenes de venta, dificulta sobremanera establecer patrones, criterios y evaluaciones mínimas para construir programas y planificar estrategias a futuro con expectativas realistas y formarnos una idea más ajustada de en dónde está el mercado en la actualidad.



El mercado del arte no crece, fluctúa en un rango estable desde 2009 entre los 57 y los 67 mil millones de dólares. Volume up, values down!


El patrón característico del mercado internacional marca una línea fluctuante de crecimientos puntuales y contracciones marcadas en períodos cortos de tiempo. La caída del 4% en este último año, estuvo precedida por una subida en el año inmediato posterior a la pandemia. Las crisis financieras y la propia pandemia provocaron estas fluctuaciones, pero aún descontando estas variables, la estabilidad en el volumen de venta a lo largo del tiempo es característica del mercado del arte.


Sin embargo, cuando se mira más detenidamente los datos, podemos ver que el número de transacciones viene en franco aumento, mientras que el volumen se mantiene estable. Esto significa que existe una fuerte caída de los precios en el mercado del arte: las piezas se venden cada vez más porque cuestan cada vez menos (Volume up, values down!). Desde nuestra experiencia, podemos decir que esto se replica localmente, con características diferenciales, en las escenas más pequeñas: notamos un incremento en las transacciones, pero con valores de piezas más bajos. De hecho, en las escenas de menor escala, antes que pensar en un tope por lo alto en los precios de venta, las galerías deben acordar precios mínimos para competir en igualdad de condiciones y evitar ese particular tipo de dumping.


En este contexto, la práctica misma del coleccionismo se está redefiniendo, rediseñando, repensando para articularse con esta lógica. El coleccionista piensa más en su contexto que en la acumulación de objetos, más en acciones de colaboración para poner en movimiento sus colecciones antes que en el resguardo de valor a través del arte. El modelo más desarrollado entre pequeños, jóvenes y nuevos coleccionistas es el de las colecciones afectivas y el de un agente involucrado con su medio. Los valores relativamente bajos del arte contemporáneo les permiten un mayor número de compras, lo que implica una diversificación en el apoyo a galerías y artistas locales. Cada vez se muestra con mayor frecuencia en ferias de pequeña y mediana escala, la imagen del coleccionista saliendo de las ferias con un considerable número de piezas bajo el brazo compradas a precios de mercado que tienden progresivamente a la baja. Queda para otra oportunidad analizar desde el punto de vista de la ética del coleccionista, las implicaciones que esta nueva realidad tiene en la vida y sustentabilidad del sistema de galerías y el ecosistema total del arte regional.


Vemos que esta baja en los precios de las piezas a nivel internacional, se replica en nuestras escenas más pequeñas. Sea como fuere, en el sector de galerías emergentes, la baja ha ayudado a diversificar la oferta, a descubrir nuevos artistas que no circulan por las grandes plataformas y al surgimiento de nuevas galerías con formatos y estructuras no tradicionales. De repente nuestras escenas latinoamericanas se han tornado más dinámicas pero, al mismo tiempo, más volátiles: cualquier mapeo o relevamiento debe actualizarse constantemente por la entrada y salida de nuevas galerías y proyectos, a los que deben sumarse el fenómeno de las ferias regionales que apuntan a este sector de galerías emergentes.


Por otro lado, en el sector de galerías más consolidadas el panorama es diferente: los volúmenes de ventas permanecen estables mientras que los costos de funcionamiento y participación en ferias internacionales continúan en aumento. Las galerías más establecidas en el mercado latinoamericano, no pueden darse el lujo de no tener un programa de presencia en ferias internacionales de primer nivel, dado que éste continúa siendo el espacio de encuentro con sus potenciales compradores. Arco Madrid, Art Basel Miami, Zona Maco o SP-Arte se convirtieron en las ferias infaltables para las galerías que quieran ingresar a un mercado internacional y, al mismo tiempo, en la barrera infranqueable para las galerías de menor envergadura que no pueden asumir sus costos de participación, viaje y envíos de obra.



Las ventas online se mantienen en un margen pequeño comparado con las ventas presenciales.


Siguiendo con el informe, las ventas online han representado un 18% de las ventas totales en el mercado internacional. Sin embargo, este porcentaje aumenta a un 23% si consideramos las ventas de art dealers. Esta estadística muestra cómo los espacios más tradicionales de venta, como las galerías y las ferias, apuestan menos a las ventas online, mientras que los art dealers -vendedores particulares imposibilitados de tener una presencia formal y consolidada en las ferias- ajustan su estrategia a dichas plataformas.


Sabemos entonces que existe una considerable parte del mercado que se maneja por fuera de los circuitos presenciales, pero que no está lo suficientemente explotada por los actores más tradicionales del campo. Los canales de difusión, las redes sociales, los sitios web y otras plataformas orientadas a la venta, están siendo estratégicamente utilizadas con éxito por el sector de los art dealers que han encontrado allí su nicho. Sin embargo, cabe mencionar los aspectos negativos de esta estrategia. En principio, el 95% de las transacciones realizadas de manera online fueron por un valor acotado en relación a las ventas presenciales (menos de 50.000 dólares, lo que representa un precio muy bajo en el mercado global). Las ventas online se perciben como inversiones más riesgosas en las cuales los compradores consumen con mayor cautela, mientras que la presencialidad y la interacción con las obras y los artistas, generan un lazo de mayor confianza y afectividad con su propio consumo.


El cara a cara, la reunión y el convivio siguen siendo fenómenos estructuradores de la experiencia artística. La posibilidad de recorrer un espacio, de preguntar y repreguntar personalmente, compartir tiempo real con los galeristas y los artistas para fomentar unos lazos de confianza siguen siendo prácticas importantes y estructurantes de la experiencia del arte como fenómeno cultural. La caída de los NFT, la explosión de su burbuja y la puesta en evidencia de su dimensión especulativa, se debe en parte al regreso a la presencialidad y a una mirada, digámoslo, conservadora de la experiencia artística que centra su valor en el fetiche de la obra material. Según el informe de Art Basel, en los últimos dos años se redujo un 51% las ventas de NFT y proyecta una reducción continua de sus márgenes en los próximos años.



Las ferias continúan siendo para las galerías el mejor modo de sostener y ampliar sus carteras de clientes.


Como lo expresamos más arriba, las galerías más establecidas en el mercado latinoamericano deben tener un programa de presentaciones en las ferias internacionales más importantes de la región para aspirar a un crecimiento sustentable. No importan los costos elevadisimos de participación, viajes, envíos y estrategia comercial, las ferias siguen siendo el espacio paradigmático para el encuentro de las galerías con sus clientes. Cuando las ferias tienen una estructura considerable y una tradición en el desarrollo de programas de captación de nuevos públicos y coleccionistas, se transforman en un espacio estratégico e imprescindible para el desarrollo y sostenimiento de un mercado. Por oposición a esa estructura y a esa tradición en la captación de coleccionistas, el fenómeno de las ferias regionales emergentes -particularmente en Brasil y Argentina- pone en evidencia otras formas de pensar los ecosistemas artísticos sin necesidad de atravesarlos por la variable del mercado. Aún cuando desde sus plataformas programáticas se plantee la idea de “construir o consolidar un mercado”, su falta de estructura, la sobreoferta que generan y el descuido en sus programas de acción, hacen muy difícil su sostenimiento en el tiempo si no es a través de decisiones políticas de los estados que las fomentan. Una feria por sí misma no construye mercado, es necesario alinear múltiples factores y agentes, pensar el sistema del arte en su conjunto en donde todos sus agentes, desde dentro y fuera, aporten a esa construcción.


Regresando al circuito de ferias internacionales latinoamericanas, no podemos dejar de hablar sobre la opacidad con la cual se manejan a la hora de comunicar sus volúmenes de venta. Esa opacidad hace imposible tener datos fehacientes con los cuales trabajar, hacer una evaluación de su impacto real en nuestro mercado o realizar proyecciones a futuro. Esto afecta tanto a la propia feria como a las galerías que planifican sus programas en función de los costos y las ventas esperadas. Las propias galerías aportan a esa opacidad siguiendo el juego que proponen las ferias: se declaran públicamente grandes ventas, pero a puertas cerradas sabemos que las declaraciones distan mucho de la realidad. Los elevados costos de participación continúan siendo la principal barrera al desarrollo de las galerías y la espada de Damocles a la que se enfrentan durante la planificación del programa anual: un mal resultado en una feria mal planificada puede arruinar los planes de las galerías y su continuidad en el negocio. De todas formas, las grandes ferias captan el interés del gran público y la prensa, el deseo de galerías y artistas y las aspiraciones de distinción de los coleccionistas: son ferias de arte, pero también ferias de deseos y vanidades.


Por otro lado, se cuestiona el futuro y la viabilidad de las ferias regionales, más económicas para los bolsillos de las galerías emergentes y que plantean circuitos alternativos que se integran en una agenda más bien local de circulación. Otras experiencias más híbridas y frescas como el caso de Affair en Argentina o Aparte en Chile también están tensionando esos modelos clásicos. Sin embargo, las preocupaciones reales de las galerías siguen siendo cómo asumir los costos de las ferias internacionales y cómo conservar el contacto con sus clientes y coleccionistas una vez finalizada la feria.


“Como en muchos otros sectores, este aumento de los costes fue el principal reto para las empresas de este mercado en 2023, y la rentabilidad se convirtió en una métrica más vigilada que las ventas. En 2024, la atención de muchas empresas ha pasado de la expansión rápida a toda costa a la búsqueda de formas de lograr un crecimiento sostenible, la rentabilidad y la estabilidad mientras siguen navegando por un futuro económico y político incierto.” (En: Hoy Es Arte.com “El mercado del arte se desacelera tras dos años de crecimiento”)


Y estas preocupaciones lo son tanto para las grandes galerías de renombre internacional que corren el riesgo de ser absorbidas por otras aún mayores, como lo son para nuestras galerías de menor escala en Latinoamérica ¿Cómo tener un crecimiento sustentable y no desaparecer en el intento? Los coleccionistas deben dar un paso adelante y premiar con su apoyo y compra aquellos proyectos que aportan un trabajo más cuidado, profesional y con mayor seriedad a nuestra escena y, del lado de los gobiernos, pensar en generar condiciones efectivas para el desarrollo de un mercado local y no tanto a partir de una lógica política de espectacularización de una gestión.


Luis María Rojas

del equipo de

Coleccionismo Contemporáneo



Fuentes y referencias


Arteinformado: Informe sobre el mercado del arte de Art Basel y UBS 2024

ARS Magazine: El informe de Art Basel: El mercado del arte se contrajo un 4% en 2023

Hoy Es Arte.com: El mercado del arte se desacelera tras dos años de crecimiento

Artsy: 5 keys by Arun Kakar

Art Basel: Seven takeaways from The Art Basel and UBS Global Art Market Report 2024


 
 
 

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